La respuesta a esta pregunta solo puede ser un o un no y, si estás buscando ayuda para salir de la adicción, es evidente que no te gusta. 

Ponemos a tu disposición una terapia de grupo on-line para que puedas encontrar, mediante un viaje en el tiempo a través de las emociones, los motivos por los que tu vida no te resulta satisfactoria y logres cambiar lo que no te gusta a la vez que la dejas limpia de alcohol.

Existen dos razones básicas para que te decidas a adquirir un compromiso de cambio, una es querer salir de donde estás, la otra, enfocar tus pasos hacia donde quieres ir; en ambos casos tendrás que salir de ti mismo para verte, ya que solo se puede ver una isla estando fuera de ella, y dejar de justificar el consumo. 

«Justifica tus limitaciones y te quedarás con ellas». (Richard Bach)

El uso prolongado de sustancias adictivas influye notablemente en el funcionamiento del cerebro y hace que este justifique el consumo diciendo que no puede cambiar; en esta terapia perseguimos la sabiduría, pues es ella quien te ayudará a reconocer la diferencia entre lo que puedes cambiar y lo que no; quizás tengas que aceptar que esa sabiduría aún está fuera de ti, que está en el grupo. 

La gran dificultad que tiene el adicto para sentirse querido y aceptado es lo que hace que confunda los caminos y se incline hacia el grupo de consumidores en el que se siente aceptado. Las alarmas de rechazo provocan un dolor muy intenso que conduce al consumo, el grupo de terapia te hará sentir la pertenencia a un colectivo a través del que aprenderás a no consumir aun teniendo ganas. 

El grupo es sabio y, sesión tras sesión, te ayudará a verte desde fuera a la vez que el terapeuta te dará las herramientas necesarias para que puedas decir que no a la bebida aunque la costumbre te llame al consumo.

«Donde queramos, iremos». (Jack Sparrow, “Piratas del Caribe”)

La recompensa a la abstinencia se encuentra en sentirse bien cuando no se bebe y, al sentirte bien, podrás diferenciar el personaje en que te conviertes cuando bebes de la persona que eres en realidad. Posiblemente lo que puedas ver con mayor claridad es que no te has cuidado durante tu vida y que el primer gesto de cariño hacia ti mismo es dejar de consumir, pues el alcohol te impide caminar por los senderos que deseas.

Lo siguiente será aprender a diferenciar entre emociones, pensamientos y juicios, a fin de cambiar ese diálogo interno que da las gracias a la suerte cuando las cosas salen como quieres y te culpa de todo cuando algo se tuerce y que, en realidad, no se puede llamar diálogo, sino monólogo, pues son palabras del juez interior que tienes dentro que solo conseguirás domar si te hablas con mimo.

Hablarte con mimo no es consolarte, es aprender a dialogar contigo mismo para responsabilizarse de los pensamientos y pasar a la acción de quitar potencia a esa voz que te conduce al lugar donde no quieres ir.

«No hay azar, destino, ni suerte que pueda con la firme resolución de un alma decidida». (Ella Wheeler Wilcox)

Para que haya buena salud mental tiene que existir un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe; si se damos en exceso baja la autoestima y si recibimos en exceso sube la culpa. Como adicto, oscilas entre una emoción y otra; con el tiempo, encontrarás el punto de equilibrio entre las dos y te esforzarás por mantenerlo para vivir el tipo de vida que has decidido.

La clave está en la toma de conciencia, pero es difícil tomar conciencia utilizando palabras que la mente humana no puede manejar por su significado de infinitud: nunca, siempre, todo o nada, son palabras que desbordan; te enseñaremos a emplear otras más favorables para tu proceso de recuperación que será paso a paso, ya que varios años de adicción no se van en dos días.

El cuerpo humano está diseñado para buscar la satisfacción vital y con ella la motivación; cuando esto se ha conseguido consumiendo sustancias adictivas, al dejar de tomarlas vivirás un período de adaptación en el que parecerá que no puedes ser feliz; será un tiempo pasajero, un pequeño tributo que tendrás que pagar para conseguir el gran premio de vivir conscientemente una vida en la que te sentirás querible y valioso.

Si has llegado a esta página, seguro que harás tuya esta frase del psiquiatra y escritor M. Scott Peck: «La verdad es que, posiblemente, nuestros mejores momentos se dan a partir de sentirnos profundamente incómodos, tristes o insatisfechos. Porque sólo en esos momentos, impulsados por nuestro malestar, es probable que salgamos de nuestra rutina y empecemos a buscar diferentes caminos o respuestas verdaderas».