Sabía que mi vida iba por mal camino y que bebía demasiado, pero no relacionaba ambas cosas.  Del mismo modo que mido 1,65 y tengo los ojos azules, ambas cosas eran ciertas pero no causales.

Sabía que mi vida estaba descarrilada. Mi carrera estaba estancada. Mi matrimonio terminó. Y el calibre de los chicos con los que salía estaba disminuyendo más rápido de lo que podía creer.

Y definitivamente bebía. Más sobre eso a continuación.

Desde entonces he aprendido que hay cinco cualidades de mi forma de beber que deberían haberme alertado del hecho de que mi forma de beber era un problema y de que mi forma de beber era la razón por la que mi vida se había desviado.

¿Son ciertas para ti? Si es así, tu forma de beber es más problemática en tu vida de lo que crees. Puede que te beneficie aprender de dejar de beber con MMS.

Cuando empiezas, tu interruptor de apagado desaparece, y experimentas un deseo insano de más.

Me sentía como si estuviera bajo un hechizo. Una vez que empecé a beber, no podía controlarlo. Todo lo que quería era más. Me sentía atraída por más de forma tan inexorable como la Bella Durmiente se sentía atraída por tocar el huso en el extremo de la rueca.

Pero no ocurría cada vez que bebía. Ahí es donde se volvió súper confuso para mí.

Desde entonces me han enseñado en mi grupo de apoyo que la gente normal NUNCA tiene ese antojo. ¿Nunca? ¿De verdad? Parece muy poco probable.

Merece la pena al menos preguntar a algunas de las personas que conoces que no beben mucho o son veteranos de los grupos de apoyo de MMS, si alguna vez tienen ese deseo de más, más, más.

Y vale la pena que te preguntes a ti mismo si tienes esta experiencia. Al menos en algunas ocasiones.

Cuando bebes haces cosas que nunca harías sobrio.

Uff. ¿Por dónde empezar?

Poner en peligro mi seguridad al conducir después de unas cuantas copas de vino.

Salir con hombres que eran muy inapropiados.

Caerme en la pista de baile cuando bailaba con un cliente. (Todavía me estremece este caso).

Humillante. Vergonzoso. Peligroso.

Tienes reglas sobre cuándo, dónde, qué y cuánto vas a beber. Que rompes. No importa cuáles sean.

Mis reglas incluyen:

  • No tener nunca vino en casa, a no ser que me lo fuera a beber en ese momento. (Porque si tenía vino en casa, me lo iba a beber. En ese momento).
  • No bebía licores marrones (whisky, escocés, etc.). Extrañamente para mí, me emborrachaba tanto con el vodka y la ginebra como con el alcohol marrón.
  • Nunca bebí cerveza. (Engorda demasiado. Como si beber 1,5 botellas de vino un par de veces a la semana no lo fuera).
  • Alternaba vasos de agua con vasos de vino. Lo cual funcionaba muy bien. Hasta el segundo vaso de vino, momento en el que me dije: “¿Para qué beber agua?”.
  • Bebí vino en lugar de licor fuerte. Sorprendentemente (no), simplemente bebí más vasos y me emborraché igual.

¿Qué has intentado para controlar tu forma de beber?

En retrospectiva, realmente no quería no beber tanto, quería emborracharme y no tener ninguna consecuencia negativa.

Es decir, ¿por qué molestarse con un vaso de vino? ¿Qué sentido tiene eso?

Las cosas que haces para divertirte, el tipo de trabajo que haces y tu vida social giran en torno a la bebida.

Iba la feria de abril en Sevilla un no bailo seviallanos (pero sabia beber). Salía con una novia (bebiendo). Trabajé en publicidad (bebiendo). Y salí con chicos que bebían. Al menos tanto como yo, si no más. En comparación, mi forma de beber no parecía tan mala.

Mi absurda forma de beber estaba normalizada por la gente y los lugares en los que elegía estar.

Las investigaciones demuestran que si eres amigo de personas con sobrepeso, o que fuman, o que beben demasiado, es mucho más probable que tú mismo hagas esas cosas.

Así que haz un inventario de tus actividades, tu carrera y tu vida social. ¿Te imaginas algo de eso sin el alcohol?

Acabas bebiendo cuando te prometiste, de verdad, a ti mismo que no lo harías.

Esto fue el colmo para mí.

Me organicé una fiesta de cumpleaños súper elegante que no podía permitirme en absoluto. Tenía amigos de todas partes. Así que me prometí a mí misma que bebería Coca-Cola Cero.

¿Y no lo sabías? Alguien me ofreció una bebida demasiadas veces (¡malditos sean!), y acabé por no recordar el resto de la noche.

Había experimentado el fenómeno de despertarme diciendo “nunca más”. Sólo para estar bebiendo a las 5 de la tarde del mismo día. Creía que había cambiado de opinión.

Pero esta experiencia me llegó de forma diferente.

Probablemente porque era muy importante para mí estar presente con mis amigos. Y porque el tiempo de decir “nunca más” y estar borracho fue muy corto.

Me bastó para terminar y me pusé en contacto con Santi.

Y desde que me puse sobrio en agosto de 2010, bajo el tutlelaje de Santiago y MMS, he hecho estas cosas:

  • Viajar por todo el mundo (África, Corea, India, México, Costa Rica, Argentina y más)
  • Crear 1 empresa
  • He adoptado un niño
  • Me he casado con el amor de mi vida, que me hace reír cada día.
  • Me he mudado a la ciudad de mis sueños
  • Me he puesto en forma
  • He sanado las relaciones con mi familia, incluido mi ex marido
  • Ganar dinero

Es increíble cómo redirigir la energía que gasté tratando de controlar la bebida o recuperándome de ella hacia lo que me apasiona ha transformado mi vida.

También está disponible para ti. Estás en el umbral de vivir tu vida más jugosa, alegre e interesante. Ponte en contacto con nosotros.

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