El yo adicto que muestras al mundo no es tu verdadero yo porque ese yo vive en soledad y anegado en alcohol; por eso algunos días cuando te despiertas recuerdas a duras penas lo que ocurrió la noche anterior y tienes que realizar un gran esfuerzo para entrar a la ducha, hacer como si no pasara nada y acudir a esa importante reunión sin que se te note la resaca; también hay madrugadas en las que el alcohol te martillea la cabeza y el alma y te sientes despojado de dignidad.

Seguramente acierto de pleno si te digo que es en uno de esos instantes cuando has decidido buscar ayuda, ya que esos momentos no son más que tu yo real clamando por salir de la ciénaga en que vive y pidiendo a gritos recuperar su espacio y su vida. Viktor Frankl decía «Todo ser humano posee la libertad de cambiar en cualquier instante»; en MMS sabemos lo importante que es dar continuidad a ese impulso surgido desde la más profunda libertad y hemos diseñado un método para ayudar a que ese impulso, en lugar de diluirse, sea el comienzo de tu recuperación.

Rompiendo hábitos

Decía George Gurdjieff que «Toda ruptura de hábito produce un cambio», en esta terapia para dejar de beber te facilitaremos herramientas para que rompas con el hábito de beber y generes en tu vida el cambio que deseas.

La primera herramienta que contempla nuestro método es tu compromiso de no consumir. Al principio, sin alcohol, te sentirás desprotegido porque no llevarás máscara y, a pesar de comenzar a ser más tú que en los últimos años, te parecerá que no tienes recursos.

Otra herramienta es establecer orden en tu vida, pues, probablemente, la adicción te haya llevado a una vida desordenada e, incluso, hayas dejado de cuidarte físicamente. El orden es un recurso muy efectivo para la vida saludable y cuando lo perdemos, nos destruimos.

Y no podemos olvidarnos de la protección, ya que es fundamental evitar los estímulos, por lo tanto, encaminaremos tu recuperación a que construyas una vida saludable mediante actividades y relaciones que te ayuden a hacerlo.

El alcohol es una droga legal en nuestra sociedad por eso, cuando dejamos de consumirlo, tenemos que explicar los motivos, te ayudaremos a que sepas a quién debes contar tu decisión para encontrar los cómplices adecuados y te daremos pautas para que aprendas a presentarte al mundo como «no consumidor».

Hablar para sanar

Cuando bebes dices que pierdes la cabeza, pero no pierdes nada, lo que sale es todo lo que llevas años tratando de tapar con la bebida, piensas que bebiendo calmas la ansiedad, pero solo la escondes; tratas de llenar con alcohol ese hueco emocional que tienes y no sabes definir, pero lo que consigues es hacerlo más grande con cada trago. 

La solución no está en llenarte de algo, sino en vaciarte del dolor a través de la palabra. 

En la vida estamos interrelacionados, influimos en los demás y los demás influyen en nosotros. Cuando consumes la prepotencia se apodera de ti y te conviertes en un ególatra, solo te miras a ti mismo, pero abriendo tu alma desde la abstinencia podrás conocerte y permitir que te conozcan los demás. El espacio de las sesiones de grupo es un lugar estanco en el que no se emiten juicios y cada uno, al compartir sus experiencias, ayuda a los demás y a sí mismo.

Poco a poco irá cambiando tu manera de expresarte, no solo en lo que se refiere al uso de los tiempos verbales que llegarás a utilizar en pasado cuando hables de consumo, sino porque a medida que tu recuperación prospere también lo hará tu lenguaje que ahora mismo no es más que un fiel reflejo de la degradación a la que te ha llevado el alcohol. 

Forjando tu mejor yo

Tomarás conciencia de que habías dejado tu suerte en manos del consumo y te sentirás feliz de recuperar el control de tus actos, pues al aceptar los errores que uno ha cometido en el curso de la vida se obtiene satisfacción y dignidad 

Desde la sobriedad irás comprendiendo cuántas cosas te robaba el consumo y podrás crear tu propio listado de motivos para dejar de beber. No será fácil, el consumo te anestesiaba y ahora tendrás que afrontar la realidad, pero te aseguro que es mucho más trabajoso aparentar serenidad estando ebrio que decir NO a un trago.

Si sigues el método: compromiso-orden-protección y hablas de tus sentimientos en las sesiones, te irás acercando cada día un poco más a tu identidad real y recuperarás el respeto por ti mismo, pues como dice la escritora Joan Didion: «El carácter, la voluntad de aceptar la responsabilidad de la propia vida, es la fuente de donde surge el respeto propio».