Utilizamos el alcohol creyendo que con él podremos curar un sentimiento doloroso, pensando que así no volverá a aparecer; lo único que conseguimos es anestesiarnos por un tiempo y regresar a la conciencia con la mente nublada y sintiendo nuestra vida absurda. Ese es el resultado de poner una botella entre nosotros y nuestro futuro, el horizonte se vuelve borroso y dejamos de caminar hacia él.

La mente humana considera como verdad lo que interpreta de la vida y de los hechos sucedidos, si esa interpretación se hace a través de un dolor que no queremos sentir y no sabemos a qué se debe, surgirá un estado de ansiedad que viviremos como fuera normal y nos hará considerar nuestro sentimiento excesivo, antinatural, de modo que buscaremos nuestra identidad en la aceptación de los demás. En ese barullo emocional y mental veremos en el alcohol una salida, pero solo será una encerrona; la única salida para liberarnos del dolor es localizar la procedencia del sufrimiento.

Cómo descubrirlo

En nueve meses sin beber te ayudamos a desenmascarar el dolor para que puedas ordenar tu vida y salir de la dependencia, de modo que veas el horizonte con claridad y camines hacia él y lo conquistes.

Partimos de la base de que un desarreglo afectivo que conduce a un consumo excesivo no es algo bueno o malo, sencillamente es una enfermedad que se puede tratar. La vergüenza que siente el dependiente procede de la explicación que se da a sí mismo sobre su dependencia y el juicio que de ella emite, en esta terapia te damos las pautas para que cambies la forma de mirar la dependencia.

Conocemos los tres «yoes» que hay dentro de una persona:

  • El yo público : lo que conocemos de nosotros y que pueden ver los demás.
  • El yo privado : lo que hemos decidido conscientemente reservar para nosotros.
  • El yo oculto : lo que nos ocultamos inconscientemente pero los demás pueden ver.

Ese yo oculto que no miras por miedo al dolor que te ocasiona es el que te ayudaremos a sanar mediante la terapia de grupo, el espacio estanco donde podrás dar a luz los sentimientos que se esconden tras el alcohol y que te hacen sentir vergüenza y miedo.

Tu responsabilidad será mantener el compromiso de abstinencia durante seis meses y participar en las sesiones activamente, esto significa tanto hablar como escuchar; tal vez en alguna sesión no tengas nada que contar, pero podrás participar respondiendo a algún compañero cuya exposición te haya provocado un sentimiento especial; no importa que te confundas en tu aportación porque solo el terapeuta tiene la responsabilidad de poner propósito en sus discursos, los participantes están trabajando para curar su dolor mediante la palabra.

Los cambios

Poco a poco notarás que quieres desnudar el alma ya que reconocerás partes de ti en las participaciones de cada componente del grupo de apoyo y sentirás que puedes desahogarte con seguridad ya que serás escuchado con atención y sin juicios, lo mismo que harás tú cuando hable otro compañero.

Sentirse escuchado es una de las cosas más importantes de la terapia de grupo; compartir no es fácil porque en seis meses sin beber se tocan cosas profundamente dolorosas, pero se tocarán con mimo y el terapeuta sabrá conducir el dolor por el camino más benévolo. No es un grupo para dar consejos sino un lugar donde abrir el alma sin filtros con la finalidad de sanar tu parte dolida; ese es el objetivo, abrir el alma para sanar el daño.

Aprenderás a caminar sin la muleta del alcohol y quizás tu energía vital sufrirá altibajos debido a la abstinencia, pero contarás con herramientas para llevar tus emociones y sentimientos a un plano coherente; el dolor, la melancolía y la tristeza no hay que beberlos, hay que vivirlos y resolverlos sin permitir que se apropien de todo nuestro tiempo. 

El grupo de terapia será el lugar donde volcar tus sentimientos de modo que no tengas que hacerlo con tu familia o amigos, lo que te permitirá relacionarte con tu entorno de otra manera, más ligero de equipaje.

Qué te pedimos en terapia

Te pedimos que no busques motivos para consumir. 

Te pedimos que te pongas trabas para adquirir bebida.

Te pedimos que si sientes que vas a recaer pienses en tus razones para mantener la abstinencia.

Te pedimos que utilices las estrategias de protección que te brindamos.

Te pedimos, en definitiva, que despiertes para que puedas hacer realidad tus sueños.

Decía Luis Rosales: «¿…quién calla en tu silencio…?» Cuando dejes de beber darás voz al yo que has mantenido ahogado en alcohol y tu vida dará un giro de ciento ochenta grados.