Momento 1.
Me despierto a la 5:45, voy al baño y me fumo un cigarrillo. Salgo y voy a la cocina a tomarme una infusión y un café con leche, lo que hago de pie. Vuelvo al baño y me fumo otro cigarrillo.
Me siento como en una rueda de hámster, repitiendo las mismas acciones, perjudiciales y sin sentido, día tras día. Siento culpabilidad por fantasear sobre vidas que no tengo mientras fumo.
Momento 2, diez días después.
Me despierto a las 5:45 y escucho una grabación de relajación, todavía tumbado en la cama. Voy al baño y del tirón a la cocina, a prepararme un desayuno con infusión, café con leche y tostadas, me siento y disfruto del desayuno. Salgo a la calle y me pongo a andar 30 minutos, vuelvo a casa y me fumo mi primer cigarrillo.
Me siento más relajado y contento, noto que estoy cambiando una rutina negativa por otra en la que disfruto, y eso hace que empiece el día alegre.
10 d