Hola Isaac:

escribo esta carta desgarrado, me cuesta mucho expresar abiertamente una realidad dolorosa que tengo que afrontar. Ya sabes que he iniciado un proceso de abstinencia, que no puedo seguir como hasta ahora. En este proceso es necesario que vigile mi entorno y las circunstancias que influyen en mi compulsión a beber. T relación con el alcohol nunca ha sido problemática, sales, te tomas dos copas, disfrutas y te vas a casa. Ese no es mi caso, cuando quedamos me bebo dos copas contigo y, en vez de irme a casa, sigo bebiendo. Hace años que no disfruto con la bebida, más bien es una causa de dolor.

Necesito una separación, al menos durante el tiempo que dure este reto en el que me he embarcado. No pongo límite temporal, no se lo que durará este proceso. Quiero enfatizar que no eres responsable de mi malsana relación con la bebida, ni del desastre en el que se ha convertido mi vida, pero necesito un paréntesis, una parada en la que pueda dedicarme a cambiar mi rumbo vital.

Esta separación es un favor que te pido como amigo, una ayuda que necesito para poder encauzar mi rumbo. He decidido alejarme de otras personas, a las que ni le he dicho nada ni me veo en la necesidad de decírselo, compañeros de barra y borrachera más que amigos. Tu caso es diferente, como te he dicho esta separación es una ayuda que, como tantas otras veces, me prestas por tener la suerte de ser tu amigo.

Te quiere, Javier.