La situación de riesgo más habitual para mi es el fnal del trabajo, cuando nos juntamos los compañeros y tomamos algo. Lo que llevo haciendo desde que empecé el reto de vivir sobrio es llevar preparada la bebida que voy a tomar: responder “una tónica” cuando me preguntan qué quiero beber se está convirtiendo en algo automático. Y luego explico, si me preguntan o veo extrañeza en sus caras, que el alcohol me daña la salud, y que es tiempo de cuidarse.

Antes de quedar, me observo, ¿estoy nervioso, tranquilo, ansioso, malhumorado? Me ayuda mucho presentarme en cualquier sitio siendo consciente de cómo estoy emocionalmente, y si estoy mal, recordarme a mi mismo cómo soy cuando bebo y que por muy mal que esté en ese momento, mucho peor estaré si bebo.