Comenzar una vida nueva es el objetivo de muchos pacientes alcohólicos. Existen múltiples caminos para dejar el alcohol, aunque lo esencial es llevar una vida saludable. La práctica de ejercicio, tomar alimentos sanos, mantener la mente ocupada con un buen libro… son hábitos muy comunes contra el alcoholismo. En definitiva, contamos con diversos recursos a los que acudir durante nuestro proceso de rehabilitación. Quizás uno de los menos populares pero que deberíamos tener muy en cuenta y sobre el que es interesante explorar es la meditación.

Esta práctica, también conocida como mindfulness, es una terapia para combatir adicciones como esta y encontrar el equilibrio en tu vida. Se trata de una técnica para ejercitar la conciencia en toda su plenitud. La meditación contribuye a interrumpir esos ciclos de pensamientos negativos que a menudo conducen a trastornos en nuestro estado del ánimo y, a su vez, al mal hábito de beber alcohol.

Cuándo y por qué de la meditación


Aunque la meditación parte de la tradición budista, hoy en día va más allá de la mera religión o de cualquier otro estereotipo cultural. El mindfulness es un ejercicio que se empezó a utilizar a partir de los años 70 como parte de programas de psicología y psiquiatría para la reducción del estrés. No olvidemos que una de las causas del alcoholismo más frecuentes es el bajo control emocional de quien lo padece.

No hay que olvidar algunos de los síntomas del alcoholismo, que afectan a nuestras emociones: la tristeza, el asco, la rabia, la culpa… Estas actitudes y pensamientos negativos no son controlados por los alcohólicos. Aunque crean que con el consumo excesivo de productos alcohólicos pueden remitirlos, lo cierto es que sus efectos son a corto plazo y finalmente lo único que consiguen es agravar la situación en la que se encuentra. Aún así vuelven a caer en estas adicciones por sus efectos placenteros, olvidando finalmente la oscura realidad que se genera a su alrededor.

Cuáles son sus efectos


Si te propones la meditación como uno de los hábitos contra tus problemas de alcoholismo, abrirás las puertas a una profunda experiencia sensorial que te llevará a conocer incluso las razones que te han conducido a ese agujero. Es habitual que los pacientes alcohólicos consigan identificar sus propias señales internas. De esta manera pueden utilizarlas como arma para no volver a caer en el impulso que lleva a la bebida.

La meditación contra el alcoholismo será más afectiva si tu conciencia es curiosa, pues es la vía más fácil para prestar atención plena. Cuanto más observador, más conciente serás de que malos comportamientos como los que produce el alcoholismo no tienen sentido en tu vida. Esto ayudará a que puedas actuar con mucha más precaución y, lo que es también más importante, con aceptación hacia ti mismo pues comenzarás a quererte y a valorarte.

El ejercicio del mindfulness garantiza unos resultados óptimos durante tu proceso de rehabilitación del alcohol. Si eres constante, trabajarás el cerebro a fondo y lo acostumbrarás a una rutina favorable en tu recuperación. Si en cualquier momento te sientes bajo de ánimos, tu cerebro se activará y por repetición te impulsará a hábitos que has ido repitiendo como tomar un refresco, leer las noticias, hacer un pasatiempo o cualquier otro hábito saludable.

¿Cómo se practica?


Este tratamiento contra el alcoholismo puede ocuparte varias horas a la semana, o podría ser una rutina diaria de tan sólo 11 minutos al día. Este factor va a depender de la calidad de atención que pueden prestar los pacientes alcohólicos. En cualquier caso vas a necesitar llevar ropa cómoda. Un vestuario o complementos estrechos van a desviar tu atención.

Otro factor esencial para practicar la meditación contra el alcoholismo es un lugar adecuado. Tiene que ser tranquilo y silencioso, lejos de aquellos ruidos que interfieran en tu concentración. Puede ser en tu propia casa, en una habitación silenciosa. Otras opciones son un jardín, un parque o, cuando sea posible, en la costa o en el campo. Una vez elegido el escenario, toma la postura correcta. Mantén la espalda recta pero sin provocar tensiones, todo lo contrario. Procura una postura relajada. Si no lo consigues también puedes tumbarte.

Es importante practicar la atención en su plenitud, como focalizarla en un determinado objeto o en tu propia respiración. Es posible que esa atención se vea interrumpida por diferentes pensamientos: una posible incomodidad de la postura o del sitio, o los mismos problemas del alcoholismo a los que te quieres enfrentar. Esto es algo natural. Acepta estos pensamientos tal y como vienen y continúa con la meditación.

Si eres primerizo en esto del mindfulness, es aconsejable que comiences por tiempos cortos para luego ir prolongando las sesiones. Empieza por un minuto hasta que se eleve a veinte o a media hora. Es una recomendación ideal para que poco a poco vayas cogiendo hábito sin tener que forzar, es decir, con naturalidad. De este modo incluirás la meditación a tu rutina diaria de una manera natural.

Más consejos


La meditación es un arma sencilla pero debe ser constante en tus buenos hábitos contra el alcoholismo. Existe un gran abanico de alternativas para dejar de beber. En Mucho Mejor Sin te ayudamos a descubrirlas. Te invitamos a un acercamiento distinto de tratamiento alternativo al clásico centro de rehabilitación del alcohol. Consúltanos sin compromiso.

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