Si has pensado en dejar de beber porque has notado que tu consumo de alcohol es demasiado elevado, te comento algunas pautas que pueden ayudarte a conseguir tu objetivo.

¿Qué es la experiencia vital?

Es un proceso que comenzó cuando te engendraron tus padres y que terminará cuando fallezcas. Cada segundo aprendes a vivir y al final de cada día has adquirido una nueva experiencia que está marcada por tres aspectos fundamentales: tus pensamientos, tus sensaciones y tus emociones.

Los tres actúan al mismo tiempo entre sí para dar como resultado una experiencia única. Sin embargo, eres tú el que al controlar las emociones puedes alterar tu experiencia. Por ejemplo, si alguien te pregunta cómo te ha ido el día y respondes «mal» es porque la unión de los tres factores anteriores provoca ese resultado.

¿No sería mejor separar tus pensamientos de tus sensaciones y emociones? Así te será bastante más sencillo lograr una claridad mental destinada a beneficiarte y a identificar la verdadera naturaleza de lo que te afecta en cada momento.

Consejos para conocer mejor por qué piensas de una forma determinada

Te pondré un ejemplo para que entiendas cómo funciona tu cerebro. El otro día, una paciente me comentaba detalladamente cómo había sido su charla con su exmarido sobre la custodia de sus hijos.

Ella pensaba que estaba hablando de lo que pensaba, cuando, en realidad, su pensamiento, tal y como me confirmó, estaba más centrado en reconocer que su otrora pareja era una persona violenta y que sus hijos estaban en riesgo. Además, durante su matrimonio no supo cómo solucionar el problema y la salud mental de sus pequeños se vería alterada con total seguridad.

Es decir, asoció un pensamiento concreto con la sensación de miedo, lo que la llevaba a experimentar síntomas físicos como malestar o tensión en las mandíbulas al hablar del tema. Como ves, las tres piezas del rompecabezas se unen para definir tu realidad, pero ¿qué ocurriría si dejases de pensar así?

Pues que entenderías que una reacción física no tiene nada que ver con lo que piensas o con lo que sientes. Es decir, separando cada factor te resulta más fácil distinguir entre una emoción, una sensación y un síntoma físico. Para lograrlo, debes controlar tu respiración. Al inspirar, envía mentalmente el oxígeno a las zonas más tensas para relajarlas al expirar.

Aplica esta técnica cada vez que sientas que tienes que tomarte una copa para relajarte, para seguir trabajando o porque «el cuerpo te lo pide». No es así. Lo que te pide tu cerebro es el tóxico del que eres dependiente para obtener una sensación determinada. Uniendo pensamiento y sensaciones te será complicado no tomarte esa copa. La separación juega siempre a tu favor para entender que la sensación que te provocará el alcohol tiene unas consecuencias en tu organismo y en tu mente nada recomendables.

Entiendo que los conceptos arriba descritos pueden ser complicados de poner en práctica, pero gracias a mi terapia de grupo online te será más sencillo todo el proceso. La práctica hace al maestro. Cuantas más veces ensayes la técnica, más probabilidades tendrás de dominarla. En unas semanas, siempre que realices el esfuerzo correspondiente, habrás logrado un avance considerable.

Ten en cuenta que dejar de beber es un largo camino en el que cualquier ayuda que recibas es poca. Comienza renovando tu manera de pensar y no tardarás en apreciar los primeros resultados. Aprende a dominar tu pensamiento y a no dejarte llevar solo por tus sensaciones o emociones. Manteniendo separados los tres lados del triángulo conseguirás una línea recta que te llevará hacia tu loable objetivo de no depender del alcohol para sentirte bien.