El alcoholismo es un trastorno que pone en juego todos los éxitos cosechados hasta entonces de quien lo padece: el trabajo, la familia, los amigos, o incluso la autoestima y la propia confianza en uno mismo. Cuando los alcohólicos se dan cuenta del gran problema que supone en su vida, deben plantearse dejar el alcohol por completo. Para muchos esto no es fácil, pero se debe de intentar. La clave está en dar ese primer paso y hacer esfuerzos como, por ejemplo, reducir el alcohol.

En MMS creemos que cualquier momento para darle unas vacaciones a la bebida es bueno. Nuestro tratamiento online se basa en aplicar técnicas que permitan al paciente plantearse su relación con la bebida desde una acercamiento amable, sin ingresos, sin terapias de grupo. Durante la terapia individual desde tu casa, podrás decidir reducir el consumo de alcohol, poner a prueba su dependencia y, al final del tratamiento, comprobar si ha sido capaz de abandonar el alcoholismo definitivamente. Para ello proponemos una serie de pasos y consejos para que esa disminución de productos alcohólicos sea haga menos cuesta arriba.

¿Qué tipo de consumidor soy?


El método de Mucho Mejor Sin incluye una serie de tests que te ayudarán a conocer mejor en tu faceta como bebedor. Es una forma que te permitirá abrir los ojos y confirmar si tu dependencia alcohólica es más grande de lo que has estado imaginando.

Las razones que te impulsaron a la bebida


Es importante hacer un balance restrospectivo para buscar el detonante que te condujo al alcoholismo. Cuando averigües los motivos que te empujaron a beber, salir de esa espiral te será mucho más sencillo. Dejar de beber es mucho más fácil si sabes cómo.

Proponte una meta


Al mismo tiempo puedes dirigir tu mirada hacia el futuro, hacia aquel objetivo que te motive a dejar el alcohol. Recuperar tu trabajo, la estabilidad familiar, mejorar tu salud… Fijándote una meta conseguirás ese impulso que necesitas en tu lucha contra el alcoholismo.

Reduce la ingesta


No bebas por beber. Sé consciente de cuánto bebes y en qué momento. Comienza por realizar pequeños cambios en tus hábitos con los productos alcohólicos. Por ejemplo, cambia las medidas utilizando un vaso más pequeño. También puedes espaciar el consumo, de modo que entre trago y trago dejes más tiempo y ese margen se vaya extendiendo. Mantente así hasta que decidas beber sólo en una franja determinada, como la cena o incluso dejar de tomar.

Bebe más despacio


El consumo rápido precipita los síntomas del alcoholismo, por lo que conviene consumir poco a poco. Toma con calma, dando pequeños sorbos, concentrándote en el sabor y no en los efectos alcohólicos que te puedan ofrecer. Si te es posible, suelta el vaso. Llevarlo constantemente en la mano hace que tengas más tentación de beber.

Sustituye el alcohol por otras bebidas


Cambia tu despensa. Mantén la cabeza fría cuando hagas la compra, porque cuando estés en casa y quieras beber te alegrarás de no tener botellas en los estantes. Si no, trata de reemplazar los productos alcohólicos de mayor graduación por otros más suaves. Cuando te veas capaz sustitúyelos por agua, zumos o refrescos. O bien puedes diluir el vaso de alcohol por aquellas otras bebidas. Esta medida debes tomártela más en serio en ambientes más festivos, donde el alcohol ronda mucho más y la tentación puede aumentar.

No bebas con sed


Lo peor que puedes hacer es entregarte a estas adicciones cuando sientas sed. Recuerda que los productos alcohólicos deshidratan y en el baño se pierden todos los hidratos líquidos que el organismo no ha tenido tiempo de absorber. Al mismo tiempo, no bebas con el estómago vacío. Y aunque no tengas hambre, llénate el estómago con alimentos saludables de forma que estés lleno y las ganas de beber sean menos.

Lleva un control en tu reducción


Sería ideal que apuntaras lo que consumes. Hazte tu propia agenda, si te resulta más fácil, en la que trazar un cuadrante semanal. Anota en ella el número de veces que bebes, la cantidad, el tipo de productos alcohólicos, en qué ocasiones (si en casa, en el trabajo, en el bar, en una celebración)… Una vez hayas hecho balance, márcate objetivos y limita tu consumo. También puedes proponerte un día de abstinencia, sin beber nada. O dos, o una semana, según tu progresión. Ponte a prueba durante un mes. Como nota adicional puedes incluir tus avances: tus ánimos, si has dormido mejor, si te sientes mejor de salud…

Cambia tus hábitos


Detener el alcoholismo no es únicamente frenar el consumo de alcohol. También debes cambiar ciertos hábitos en tu estilo de vida o introducir unos nuevos. Por ejemplo, prueba con alguna actividad: practicar deporte, salir al cine, ir a cenar. Y si es con buena compañía, mucho mejor. Si no tienes con quién, piensa en apuntarte a actividades que te den la oportunidad de estar con gente nueva.

Aléjate de las tentaciones y rodéate de buenas personas


Si tu lucha contra las adicciones se te hace cuesta arriba plantéate dejar de ir a bares, a celebraciones, a aquellos ambientes donde circula mucho el alcohol. Cámbialos por entornos sociales más tranquilos y donde sabes que vas a recibir todo el apoyo que necesitas.

Apúntate a una buena terapia


Igual que te recomendamos el apoyo de tus seres más queridos, también es aconsejable pedir ayuda profesional. Muchas veces se hace imprescindible a alguien que conozca del tema o incluso que ha pasado por lo mismo que tú, como Santiago Rotaeche. Nuestro especialista afrontó el reto de dejar el alcohol y desde entonces ayuda a pacientes alcohólicos a que sigan sus pasos. Ten en cuenta que si él superaró el alcoholismo, tú también puedes.

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