Cómo la sobriedad te cambia por dentro

La sobriedad te cambia por dentro. Tal vez no por sí sola, pero sin duda es la base. 

Están las cosas obvias como:

• Evitar las travesuras y los errores de los borrachos
• No estar enfermo y con resaca todo el tiempo
• Estar y sentirse mejor
• Mantener un trabajo o una relación

Pero más allá de eso, hay un cambio más profundo que reconfigura el núcleo de lo que eres. Esos son los cambios menos visibles, pero se pueden sentir. 

Yo solía ser de cristal. 

No hacía falta mucho para que me rompiera en pedazos. Y cuando eso ocurría, quería beber y fumar. No sentir nada, y ser consolado por mis “amigos”.

No había que “quitarse” las cosas de encima. Simplemente dejé que se acumularan y traté de convertirme en un mártir al cargar con ellas. 

No podía soportar nada.  Ni las críticas, ni un día remotamente malo, ni una llamada o un mensaje no devuelto, nada. 

Mirando hacia atrás, me pregunto si en algún nivel me dejé llevar por la fragilidad porque era una excelente excusa para beber. Aprendemos, ya sea abierta o inconscientemente, que la manera de aliviar un momento difícil es beber. 

¿No son los últimos cinco minutos de todas las series dramáticas de televisión? “Hoy hemos perdido a ese paciente en el quirófano. Sentémonos en el bar local y tomemos chupitos de whisky”. 

Si todo es una crisis, hace que beber todo el tiempo sea más razonable. (Al menos en nuestras propias mentes).

Me deleité en la atención de las heridas que había inventado en su mayor parte.  

Pero ahora, realmente funciono. 

Como en una forma significativa. 

No sólo en el sentido de “me las arreglo para ir a trabajar y pagar las facturas”. En el sentido de que puedo crear, aprender, ser y hacer cosas. Puedo responder a los altibajos de la vida mucho mejor que antes de estar sobrio. 

La sobriedad me permite afrontar los problemas desde un lugar fuerte.

Antes sólo absorbía el mundo que me rodeaba. Todo era personal. No quería que lo fuera, pero así lo sentía y, en ese momento, mi mundo interior era como el salvaje oeste. 

La bebida, la depresión no tratada y la visión distorsionada del mundo hacían casi imposible ver la vida con objetividad. 

Te pasa de todo, incluso cosas que no tienen nada que ver contigo, como la cancelación de una cita porque se ha quedado atascada en el trabajo. Te conviertes en una víctima y la única manera de aplacar a tu víctima interior es ahogarla en alcohol. 

No podemos estar ahí para nadie de forma significativa porque estamos demasiado ocupados haciendo que todo gire en torno a nosotros mismos. 

Esto es condenable cuando estás solo, pero es francamente imposible cuando eres padre.

La sobriedad cambia la forma de ver las cosas.

Por suerte, la sobriedad significa que puedo notar la diferencia. Si alguien se comporta como un imbécil conmigo, no me enfado inmediatamente ni me tomo a pecho su comportamiento. 

Si se cancela algo importante, no me derrumbo inmediatamente con la decepción y empiezo a pensar que el universo quiere robarme la alegría. 

La sobriedad te da resistencia emocional. 

Lo cual es una especie de requisito. Si no, no nos va muy bien a la larga.  Es más fácil dejarse arrastrar por el drama (o inventarlo) cuando puedes beber por ello. 

¿Pero la sobriedad? Es bastante difícil. No tenemos el ancho de banda para enloquecer por un comentario mezquino en las redes sociales o por la persona con la que sale nuestro ex de hace ocho años. 

Después de conseguir un kilometraje significativo en su sobriedad, usted mirará hacia atrás a las cosas que solía emborracharse y pensar, “Wow, ¿en serio?”

Estos cambios tienen un efecto dominó en tus relaciones.

Ser menos egocéntrico es genial. Para todos. 

Realmente consigues ser un buen amigo, cónyuge y padre. Imagínate poder escuchar a alguien sin tratar de dirigir la conversación hacia ti o hacia tus propios problemas. 

Si un amigo necesita quedar para tomar un café después del trabajo, no tienes que preocuparte por el tiempo que vas a pasar bebiendo, ni tratar de apresurar la conversación para poder volver a tu botella. 

Te vuelves emocionalmente disponible, aprendes a escuchar a la gente y realmente encuentras alegría en ayudar a los demás. No te preocupes constantemente por cómo introducir el alcohol en una situación o encontrar una vía de escape para poder ir a beber.

Aún mejor, la sobriedad te estabiliza.

Puedes pasar de ser una persona que siempre se pone nerviosa y se descarga emocionalmente en la gente, a ser alguien con quien es realmente agradable estar. 

Me gusta poder ofrecer a la gente algo más que ingenio sarcástico y borracho, y una historia de vida no solicitada. 

Es… agradable. 

La gente puede confiar en mí. No voy a fallar porque esté demasiado borracho para aparecer o demasiado ansioso por la bebida del día anterior para salir de casa. 

Soy alguien que la gente puede tomar en serio. 

Hace cinco años, no podía decir eso honestamente. 

Y realmente, en el fondo, ¿no es eso lo que queremos en la vida? 

¿Sentirnos estables en un mundo que intrínsecamente no lo es? ¿Hacer las paces con nosotros mismos? 

Para aquellos de nosotros que se volvieron hacia el alcohol en el pasado, no veo cómo llegar a eso sin la sobriedad. 

Es un regalo. 

Mi vida no funciona sin él. 

Y es genial porque antes te preguntabas cómo podías vivir tu vida sin algo de alcohol. Ahora, te preguntas cómo te las arreglabas con él. 

En realidad, disfrutas de tener tu ingenio las 24 horas del día. Ahora hay cosas en tu vida que vale la pena proteger. Y cuando tienes un día difícil, no ves cómo el alcohol podría mejorarlo. 

No es que nunca se te ocurra, pero es más bien como cuando ves una hamburguesa triple con queso en un menú con pollo frito como pan. Parece una idea intrigante durante medio segundo y luego la razón se impone. 

(¿Nosotros? ¿Razonable? ¡Quién lo hubiera dicho!)

Así que si eso te parece bien, te animo encarecidamente a que sigas por este camino. Incluso si no puedes ver cómo acabarás en este lugar mágico del que he estado parloteando, está ahí. Esperando por ti.

Sólo se necesita un poco de trabajo para llegar allí. 

MMS puede ayudarte a llegar allí.  Nuestros grupos de apoyo online te ayudarán:

• Mantener tu compromiso – Tu compromiso de abstinencia será más fácil de cumplir con tu coach y tu grupo.
• Aprender estrategias – Estrategias como herramientas de cambio, para que todo te resulte más fácil.
• Entender tu mundo interior – Y averiguar cómo has llegado hasta aquí, para poder comenzar a cambiar.

Saber que tu experiencia es útil para otras personas y poder ser testigo del proceso de cambio de tus compañeros te dará la fuerza que necesitas para tu éxito.

Elige el programa para dejar de beber que mejor se adapte a tus necesidades.