Introduction

Si estás luchando contra un problema de alcoholismo, puede que tengas la tentación de rendirte y aceptar que simplemente eres así. Pero si quieres dejar de beber sin ayuda, es posible: sólo tienes que esforzarte lo suficiente.

Entiende tu adicción.

Como con la mayoría de las cosas, el primer paso para la recuperación es entender a qué se está enfrentando. La adicción es un término complejo que puede definirse de muchas maneras, pero utilizaremos esta definición: una adicción es una relación patológica entre un individuo y un comportamiento o sustancia.

Los síntomas de una adicción varían según el tipo de sustancia/comportamiento de que se trate, pero los signos más comunes son:

  1. Consumir más de lo previsto o durante períodos más largos de lo previsto
  2. Dedicar una cantidad excesiva de tiempo a obtener, consumir y recuperarse de la sustancia o el comportamiento.
  3. Descuidar las responsabilidades importantes (por ejemplo, las obligaciones laborales) debido a su preocupación por la sustancia o el comportamiento; pasar demasiado tiempo pensando en conseguir más de ella

Acude a un amigo que pueda ayudarte a superar esto.

Puedes recurrir a un amigo que te ayude a superar esta situación. Encuentra a alguien que te apoye en tu camino y te recuerde por qué es importante dejar de beber.

Si esto es algo que ha ocurrido antes, busca a alguien que haya pasado por lo mismo y que pueda empatizar con lo que se siente al estar en este punto de la vida. Es posible que tengan alguna idea de lo que les funcionó bien cuando intentaron dejar el alcohol o las drogas, o tal vez incluso de cómo fueron capaces de mantenerse sobrios una vez que se dieron cuenta de lo mucho mejor que era su vida sin ello. La persona no necesita ser un experto en alcoholismo/adicción; cualquier historia personal sobre su experiencia servirá; lo importante es encontrar a alguien que “entienda” de dónde viene usted en este momento para que pueda ofrecer consejos basados en conocimiento de primera mano en lugar de conjeturas o especulaciones de sillón.*

Al compartir sus propias experiencias con la sobriedad (o la falta de ella), las personas en recuperación a menudo proporcionan información valiosa sobre lo que funciona mejor cuando se intentan nuevos hábitos como reducir la bebida o dejarla por completo.*

Piensa en algo que pueda estar provocando que bebas.

A continuación, piensa en qué puede estar provocando que bebas. ¿Estás estresado? ¿Te cuesta relajarte? ¿Necesitas más tiempo a solas con tus pensamientos?

Si es así, es hora de hacer un examen de conciencia. Analice con sinceridad cómo va su vida y vea qué cambios podría hacer. Si no se le ocurre nada inmediatamente, intente pensar en algunas pequeñas cosas que podrían suponer una gran diferencia en su vida: pruebe a cambiar su rutina de ejercicios nadando o haciendo yoga en lugar de correr en la cinta; tómese un día libre en el trabajo a primera hora de la semana para que cuando llegue el jueves todas esas horas extra ya estén incorporadas a su horario; salga a pasear después de cenar en lugar de sentarse en el sofá a ver la televisión; reserve un tiempo cada noche antes de acostarse sólo para reflexionar: intente llevar un diario o hacer dibujos o escribir poesía; busque nuevas aficiones (por ejemplo, hacer un álbum de recortes).

Habla con alguien sobre tu hábito de beber.

Hablar con alguien sobre su hábito de beber es uno de los pasos más importantes que puede dar. Te ayuda a entender por qué bebes y qué te impulsa a hacerlo, lo que facilitará la búsqueda de soluciones.

Hablar con un amigo o un familiar suele ser un buen punto de partida, ya que es posible que ya estén al tanto de cualquier problema relacionado con la bebida. Sin embargo, si no tienen conocimientos sobre el tema, es posible que no puedan ofrecer mucha ayuda. Si este es el caso, intente encontrar un consejero de adicción al alcohol en su zona que pueda guiarle en el proceso de dejar de beber de forma segura.

Cuando se acerque a alguien para hablar de su problema, hay que tener en cuenta algunas cosas:

  • Hablar de la cantidad de alcohol que bebes y la frecuencia con la que lo haces (sé sincero).
  • Hable de por qué bebe. ¿Qué desencadena esos momentos en los que queremos otro trago? ¿Es el aburrimiento? ¿El estrés o la ansiedad? ¿No hemos encontrado todavía otras formas de hacer frente a estos sentimientos?
  • ¡Intenta pensar en algunas soluciones para hacer frente a esos desencadenantes sin recurrir siempre al alcohol!

Haz un plan para cuando salgas y tengas ganas de beber.

También puedes planificar con antelación cuando salgas y tengas ganas de beber. Por ejemplo, haz una lista de cosas que hacer en lugar de beber. Podrías intentar algo divertido, como jugar al billar o dar un paseo por el parque. O tal vez quieras relajarte más de lo que lo harías si estuvieras bebiendo, así que toma un baño o medita en su lugar. Sea lo que sea, asegúrate de que te mantengas alejado del alcohol y de la vida festiva.

Este estado libre de estrés te ayudará a mantener a raya tus antojos hasta que finalmente desaparezcan por completo, lo que puede llevar semanas o incluso meses, dependiendo de la cantidad de alcohol que haya habido en tu vida anterior.

No vayas a lugares donde otras personas estén bebiendo a tu alrededor e intenta evitar la tentación en la medida de lo posible.

Puede ser útil evitar los lugares donde otras personas beben a tu alrededor, especialmente si estás en recuperación. No vayas a bares o fiestas donde se sirva alcohol. Si tienes que ir a algún lugar donde se sirva alcohol, asegúrate de que alguien sobrio esté contigo y se asegure de que nadie más se intoxique demasiado.

Ejerce el autocontrol siempre que sientas que tu fuerza de voluntad flaquea.

  • Cuando sientas el impulso de beber, recuérdate que tienes el control de tus propios pensamientos y acciones.
  • Si hay situaciones en las que cree que es probable que beba, evítelas por ahora. Si hay una tentación que no puede evitarse, redirija su atención hacia otra cosa hasta que la tentación pase. Por ejemplo: si sabe que será difícil evitar salir con amigos que beben, planifique con antelación para tener otra cosa planeada en su lugar -como otra actividad o evento- para apartar su mente de la bebida durante esas horas.
    Busca otra forma de distraerte del alcohol

También puedes intentar distraerte de la bebida haciendo otra cosa. He aquí algunas ideas:

  • Jugar a un juego o salir a pasear.
  • Leer un libro, hacer el crucigrama o ver la televisión.
  • Limpiar la casa, sacar la basura, lavar la ropa y los platos (o contratar a alguien para que lo haga), o cortar el césped.
  • Ir al gimnasio o salir a correr/montar en bicicleta (o contratar a alguien para que haga ejercicio por ti).
  • Ve a la biblioteca local y lee algunos libros allí, así como saca nuevos DVDs y/o CDs que te interesen.

Puedes dejar de beber si te esfuerzas, pero es útil contar con el apoyo de otras personas, especialmente amigos y familiares.

Si te tomas en serio lo de dejar de beber pero no tienes el apoyo de tus amigos y familiares, puede ser muy difícil. Pero si les comunicas que estás intentando dejar de beber, es probable que tus seres queridos sean más comprensivos con tu situación y no te presionen para que sigas bebiendo.

Si no crees en Dios ni en ningún poder superior, intenta hablar con un terapeuta u otro profesional de confianza que pueda proporcionarte apoyo sin juzgarte. Esto podría ayudar a reforzar tu confianza cuando llegue el momento de hacer un gran cambio en tu vida.

Si todo lo demás falla, considera la posibilidad de unirte a una comunidad en línea en la que la gente comparta sus experiencias con la sobriedad y ofrezca consejos sobre cómo gestionaron sus propios viajes de recuperación.

Conclusión

Esperamos haberte dado algunos consejos útiles para dejar de beber. Si sigues luchando contra tu adicción, intenta pedir ayuda a un familiar o amigo que pueda apoyarte en este proceso.

Sin embargo es Mucho Más Fácil conseguirlo, como todo, con ayuda.

Y lo más importante, recuerda que la recuperación es posible y que merece la pena.