Tomar la decisión de dejar de beber es el primer paso imprescindible, pero alcanzar ese objetivo implica un largo recorrido vital en el que deberás contar con todo el apoyo necesario.

Queremos explicarte por qué no deberías tratar de dejar el alcohol solo, si de verdad quieres lograrlo.

Hay gente contigo

Nadie adquiere una adicción de la noche a la mañana, ni se convierte en un bebedor o consumidor problemático sin un cierto proceso. Estoy seguro, aunque no te conozco, de que has desarrollado un estilo de vida y te has rodeado de un entorno social que facilita tu conexión actual con el alcohol u otra droga.

Entre tus amistades hay personas que te ayudan o impulsan a beber, ya sea porque también lo hacen o porque tu personaje alcohólico les agrada o conviene.

No lo dudes: esos vínculos personales son una lacra para tu propósito de cambio y pueden sabotearlo de muchas maneras. Comentarios que restan importancia a tus razones o incitaciones directas e indirectas al consumo, de forma insistente, son algunos ejemplos de ello.

Igualmente, la sobreestimulación es otro factor extremo de influencia. Si el ambiente que te rodea es de consumo, te va a resultar mucho más difícil dejarlo. Tu cuerpo se sentirá predispuesto a beber.

Una medida inicial que has de adoptar para abandonar el alcohol es alejarte de todos aquellos que te aproximan a consumir o que son capaces de dinamitar tu abstinencia.

Personas positivas

Ahora bien, a tu alrededor también vas a encontrar seres humanos que apoyarán y potenciarán tu decisión. Buenas influencias para tu cambio vital.

Seguramente, piensas que tu dependencia es un secreto bien guardado, que todo el mundo desconoce tu problema y que, por ello, si pides ayuda vas a desvelar esa realidad y a quedar en evidencia. Temes mostrar tu lado más oscuro, así como el rechazo o la severidad del juicio que podrías recibir, por lo que te resulta más cómodo preservar el secreto.

Por experiencia puedo garantizarte que, cuando una persona concluye que tiene un serio problema con el alcohol y ha de dejar de beber o controlar el consumo, su entorno ya lo sabe, está preocupado y desea colaborar en la solución de ese problema.

No lo dudes: la familia es el grupo humano que conoce antes que nadie la situación. Cuando les comuniques tu decisión de dejarlo y les pidas ayuda, su reacción te sorprenderá positivamente.

Alejarse de los lugares y de las influencias peligrosas

¿Conoces la diferencia entre responsabilidad e influencia? Es una matiz importante para contextualizarlo todo. Un freno que nos impide reconocer a las personas que nos predisponen hacia el consumo.

Nadie, excepto uno mismo, es responsable de la relación que mantiene con el alcohol o las drogas. Sin embargo, esto no excluye la influencia que ejercen los incitadores. Se trata de personas que disparan nuestro consumo y, sí o sí, debemos protegernos y separarnos de ellas.

Tipos de disparadores

Existen dos grandes categorías de personas disparadoras:

  • Aquellas a las que nos une, únicamente, el consumo. Son los denominados compañeros de juergas, no los confundas con los amigos.
  • Otras personas con las que compartimos vínculos más sinceros, además del alcohol o las drogas. Sería posible mantener con ellas una relación positiva sin beber ni consumir.

La teoría es más clara que la práctica: a menudo no es fácil identificar dónde está la línea de separación entre unos y otros. No siempre serás capaz de reconocer a unos y otros.

Ahora bien, lo que sí es seguro es que los primeros saldrán de tu vida en cuanto consigas dejar el alcohol, de forma natural. Asimismo, es casi imposible abandonar la bebida sin alejarte de ellos. Si es preciso, sé grosero incluso para alejarlos.

A los segundos te unen más cosas. Por tanto, podrían regresar a tu vida tras superar tu adicción. Debes sincerarte con ellos: cuéntales que has decidido dejar de beber, confiésales que a su lado te va a costar más o fracasarás y pídeles con humildad que, dado que te quieren, acepten y comprendan ese alejamiento temporal. Solicítales respeto y comprensión ante tu ausencia.

Hacer esta comunicación por escrito, mediante e-mail o WhatsApp, por ejemplo, es doblemente positivo:

  1. Evitas que te rebatan al momento.
  2. La palabra escrita compromete más que la hablada, porque permanece. Cuanto mayor sea el compromiso, más cerca estarás de lograrlo.

Qué necesitas y dónde debes estar

Requieres un apoyo fundamentado en la comprensión y en la compañía, no en la lástima ni en el control. A veces, en lugar de comprensión aceptas respeto: no podemos obligar a comprender algo que no se entiende, pero sí pedir ser respetados.

Es conveniente dedicar el tiempo que utilizábamos a beber a otras actividades, preferentemente en compañía.

En definitiva, no temas pedir ayuda para dejar de beber. Cuando un amigo, hermano o cónyuge nos pide apoyo para ello, el vínculo se refuerza y el corazón aporta lo que necesitamos. Acude a una terapia de grupo online e intégrate en un grupo online para alcoholicos.